lunes, 13 de agosto de 2012

La chocolata.-


Tal vez sean más las ganas de hacerles el desayuno
que de besarte,
tal vez no y es la excusa perfecta para justificar el fracaso.

Tal vez sea querer que sean chiquitos de nuevo,
tal vez sea querer ser chiquito de nuevo.
Tal vez, quizás,
ésta también sea la excusa perfecta para justificar el fracaso.

Tal vez se mezcle un poco todo,
entre querer dormir con vos,
tener dieciocho de nuevo,
hacerles la chocolatada,
besarte,
y cumplir la siempre difícil misión
de evitar que esa vieja cafetera manche todo.

Tal vez no.

Tal vez tiene que ver,
en última instancia,
con una importante suma de nostalgias cotidianas relacionadas,
indefectiblemente,
a estar con vos.

Tal vez no,
e insisto,
tal vez solo sea la excusa perfecta.

Tal vez sea simplemente
que me desperté en ésta cama
-que no es tu cama-
de Río Ceballos
y en lo único que pienso es en despertarme en ésa cama
-que si era tu cama-
de Río Ceballos
solo para verte despertar,
hacerles el desayuno,
esperar el transporte,
correr el colectivo
y abrazarte fuerte fuerte
durante esa última hora de viaje
donde hay más ganas de dormir que de amar
pero donde no puedo evitar amarte
y ni siquiera pensar en dormir.

O tal vez sea solo
que hoy me desperté con ganas de hacerles el desayuno.

1 comentario:

  1. Hola Juani. ¿Quién o quiénes hablan en esta "cotidiana"? Hermoso texto. Un fuerte abrazo. Daniel Palombini.

    ResponderEliminar