lunes, 21 de noviembre de 2011

La Infinita Presencia.-


No sos el cine de Totó, no sos el teatro La Rosa.
No sos la sonrisa de Amelie.
No sos la casa de los Buendía.
No sos las canciones de Silvio, ni la brisa del verano,
ni la placita de San Marcos, ni las sábanas desordenadas.

No sos el final de una película, ni una frase de un libro,
ni el acorde de una canción.

Y sin embargo estás, ahí, en el fondo, en el frente,
en un gesto.

En los rostros, en las frases y en las rimas.
En la tele y en las canciones, y en los finales.

Y en el silencio.
Y en el recuerdo.

No sos Radio Bemba a la mañana, ni el boleto del colectivo.
No sos la hoja del cuaderno, no sos ese póster de mi pieza.
No sos la lengua de las mariposas.

Y sin embargo estás, ahí, en la noche y en el día,
en la ruta y en el río.

Y en el silencio.
Y en el recuerdo.

En el viento.

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