No sos el cine de
Totó, no sos el teatro La Rosa.
No sos la sonrisa de
Amelie.
No sos la casa de los
Buendía.
No sos las canciones
de Silvio, ni la brisa del verano,
ni la placita de San
Marcos, ni las sábanas desordenadas.
No sos el final de
una película, ni una frase de un libro,
ni el acorde de una
canción.
Y sin embargo estás,
ahí, en el fondo, en el frente,
en un gesto.
En los rostros, en
las frases y en las rimas.
En la tele y en las
canciones, y en los finales.
Y en el silencio.
Y en el recuerdo.
No sos Radio Bemba a
la mañana, ni el boleto del colectivo.
No sos la hoja del
cuaderno, no sos ese póster de mi pieza.
No sos la lengua de
las mariposas.
Y sin embargo estás,
ahí, en la noche y en el día,
en la ruta y en el
río.
Y en el silencio.
Y en el recuerdo.
En el viento.
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